miércoles, 24 de octubre de 2012

Romance

"La próxima vez que lo vuelva a hacer,  me olvido de todo" Le dije a un amigo tras liberar la desesperación  que me estaba sofocando. Miré hacia la derecha en su búsqueda. Y ahí estaba de nuevo. Nunca supe quién era ella, no tuve cabeza para averiguarlo. Sólo me quedaba reírme de mí misma, contemplar, por segunda vez, como besaba a otra mujer con la misma dulzura, totalmente verosímil, que yo percibía al rozar sus labios.

"Ya me voy, dame mis cosas". Eran las dos de la mañana y sólo quería correr. Ya tenía demasiado. "Somos amigos ¿qué tienes?" No quedaba nada por hacer: después de escuchar el porqué de su desentendimiento, me quedó claro. Pasó tiempo, no tuve fuerza ni valor para huir. Ella había desaparecido súbitamente, como si nunca hubiese existido. Nadie sabía quién era.

"Dile que vaya con nosotros", me propusieron algunas horas después, cuando decidíamos entre amigos cuál sería nuestro destino. Respondí con una seña obscena, la cual sin haber tomado tanto, no hubiese hecho. Se acercó a mí. Sin decir palabra alguna, me elevó y me colocó en su hombro con mucha facilidad. Yo respondí con patadas sobre su espalda galana. "Bájame, no quiero hablar contigo" insistí, ahogada. Me ignoró, cruzó la calle y caminó varias calles, alejándonos de la multitud reunida afuera de un bar en el Centro Histórico, donde se había encargado de la música de la noche .

Al fin me soltó y puse los pies el asfalto. Pasmada, le pregunté qué quería.
"¡Vamos a hablar!".
Escuché todo lo que había esperado y lo que, muchas mujeres desean escuchar en algún momento. El discurso complacía de principio a fin, estaba rompiendo las barreras que habíamos construído en defensa propia del uno al otro.
En medio de la furia de la ciudad, me encontraba con alguien diferente, sin miedo a sentir y dispuesto a perdonar. Estaba perpleja, pero mi enojo seguía muy fresco, mi orgullo estaba de por medio.
"Tienes razón". Es lo único que recuerdo haber respondido a aquél éxtasis verbal.
Aún había algo por hacer: vivir el momento.

"¿Nos vamos?". Abrió para mí la puerta del copiloto -como lo hacía desde que nos conocimos- y subió él también. Yo tenía la mirada clavada en la ventana, no podía mirarlo aún.
Tomó mi mano. Mis piernas. Acarició mi rostro.
Sacó un disco de la guantera, subió el volumen del radio y empezó a cantar, tomando mi mano y mirándome a los ojos.

"Te pido me perdones por mis desapariciones
 El no verte por días, no es lo que tú supones.
Tu disgusto no es mi voluntad, cree lo que te digo
que aunque no me creas yo voy a estar siempre contigo
(...) es el viernes y su amanecer, no quiero que te asustes
al despertar no me vas a ver, te ruego no me busques"

"Regálame tu corazón y déjame entrar a ese lugar
donde nacen las flores, donde nace el amor
(...) moja el desierto de mi alma con tu mirar, con tu tierna voz
con tu mano en mi mano, por la eternidad"

Eramos dos, con el espíritu de juventud en medio de la madrugada.
El ambiente, inundado por su enervante aroma, era totalmente ocupado por él, de nuevo. Siempre gallardo.
Sentimos juntos. Dormimos juntos. Soñamos juntos.
El mundo se detuvo y la vida no podía ser más perfecta.

2011
Así me enamoré.





lunes, 6 de agosto de 2012

Azul

JULIO

Cuando ya mi mente más o menos divagaba, decidí seguir con los pies muy firmes en el suelo
empecé, ilusa, a evadirle la mirada
todo fuera por no depender del sostén de sus brazos.

Quisiera dejar que las ansias me consuman
para que me impulsen a alcanzarla 
y así poder regresarle un pedazo del cielo que me ha dado.

Me limito a inmiscuirme 
llevándole al oído estas ráfagas de viento perfumadas con miel.
Pretenciosa, quisiera correr
cambiar este paraíso por el de sus labios pastel.

Pero ya no le importan mis palabras
y no tiene porque escucharlas
Al fin, conmigo ya no hay miedos, sólo el viento
y sé que así también puedo vivir.


La brevedad lo consume todo una vez más, me ahoga
y me llena de escenas fragmentadas que escaparon, como yo por la mañana.
...Sólo me queda seguir caminando contra corriente,
escapar de su mirada de aurora.


miércoles, 25 de enero de 2012

Fugaz

Irremediablemente me quedo pasmada
cada que siento sobre mí tu tacto
y tu embelesante mirada me atrapa
dejando atrás cualquier otro encanto


Ven, y bésame de nuevo
quédate dormido en mi espalda


Ven, susúrrame de nuevo
dulces cosas que seguramente olvidarás mañana


Enamorada de ti, me perdí en esos tus ojos que me desnudaban
y como presa de la fugacidad de tus emociones
he quedado atrapada aquí:
ideando una entrada ¿o una salida? no lo sé
cualquiera que deba llevarme a ti
porque bien mi cuerpo yace entre tus brazos


quédate así, con el cuerpo al aire
aguárdame con tus promesas
vamos, cuéntame qué pasará mañana


grábame tu nombre con los labios
y deja en mí tu esencia
porque las personas vienen y van
y, sólo así, tú siempre te quedas.

martes, 3 de enero de 2012

Tiny

Sin avisar, apareció una serie de razones
que yo no había creado
no estaban planeadas, tampoco trazadas
sólo aparecieron, como cuando las cosas pasan.

Los pensamientos por sí solos llegaron, fluyeron
y nunca se mostraron dispersos
se fueron ligando uno por uno.
Así fue como aparecieron
los genuinos sentimientos.

Noche, tras noche.


Julio, y el fervor no pasaba
dentro de mi conciencia sólo éramos dos más
pero dos, ¿qué más? ¿qué más se podía pedir?
total, ¿qué tan lejos podíamos llegar?
si el plan nunca fue que despegáramos los pies de este suelo.

Mientras dibujábamos castillos y sueños perdidos
se manifestó la intención de traspasarlos a la realidad
entonces comprendí que no se trataba sólo del febril verano.

Sí, me enamoré por completo
no pude, ni quise ocultarlo aunque fuera un poco, finalmente
reía y soñaba reflejada en sus pupilas
castañas, dilatadas: el lienzo perfecto para el mundo que quería pintar.

Se trataba de amor genuino;
Congratulations.


Los cuatro.

jueves, 20 de enero de 2011

Desde mis ojos

Entróse ella muy campante por mi mente
y ahora busca establecerse por ahí, en algún lugar 
yo sé que una vez que sea así, difícilmente se disolverá.

Llamándome con adjetivos embelesados,
logró combustionar todo mediante esa reacción mía
una propia inferencia ante sus palabras y actos
Después de que guardóse sólo para ella la verdad, adentro
fue así como no retuvo más mi vista.

Es lo fino de sus rasgos
lo bien definido y dulce de sus labios
 lo único que ahora podría argumentar yo
para hallarme aquí:
Contando los luceros y pensando hasta en compararlos 
con la espontaneidad que brota a chorros
cuando me habla con sus ojos.


Me parece que es momento de dirigirme a ti...
y sólo por hoy te recordaré, sigilosamente
lo hermosa que eres, las flores que mereces
 muñequita.


Tu imagen, desde mis ojos; permanece intacta
y sin más que eso, transcribo,
pensando si es que hay  en este ocaso algún elemento que altere mi visión
porque hoy sí encuentro muy extraño llamarte corazón
y no poder desprenderme de tu mano.

Mediante cuartillas repletas de implícitos alaridos
yo te pido un argumento
por favor, que sea uno bueno
¿por qué he de hacer otro intento?
si cada que te encuentro,
es porque se trata de un imprevisto
así como la enervada y muy ligera estela
 que apenas veo y nos envuelve, también lo es.

Ven, y siéntate de nuevo
que yo disfruto estar contigo
Y disfruto también de ser testigo
de lo que es ser yo,
mirándote a ti.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Aquí


Hoy de pie finalmente
  
seguí los caminos que mal tracé por aquí

 sabiendo que no hallaría mi mente

sendero alguno para dirigirme a ti


Corazón, ven aquí

que ya no quiero más llamarte

 tropecé con muchas piedras

como para ir yo a buscarte


 Abulia, aquí, aquí

ya que ahora voy sin rumbo

y no sé si es por donde busco, 
pero bien me hallo en lo profundo

porque no sólo se trata de encontrarte a ti




Todo silencio me remite a ti

y todo se me escapa al recuerdo de tu mirada

Si, irónicamente el silencio me escuchara

sin duda le suplicaría que  estuvieras aquí.




sábado, 30 de octubre de 2010

Fortuna

Me encuentro apaciguada
Por el dulzor de sus labios
No me muevo, tampoco me quedo en calma
Hasta que me permite volver a besarlos

Le pienso, le sueño y le trazo
en dibujos malos sin textura alguna
Y cada que pasa el tiempo y le abrazo
No cabe en mi pecho tanta fortuna

Recreo y transcribo momentos apacibles
Cada paso que junto a mí ha dado
Para después descubrir con cosas tan sutiles
El deseo de que su lugar sea a mi lado

Quiero sentir por dentro
La frialdad de sus manos
Juntarlas con lo tórrido de mi tacto

Y si en mis sueños hoy le encuentro
Demudaré al recordar el paso de los años
sin responderme ¿por qué hasta ahora le redacto?