lunes, 6 de agosto de 2012

Azul

JULIO

Cuando ya mi mente más o menos divagaba, decidí seguir con los pies muy firmes en el suelo
empecé, ilusa, a evadirle la mirada
todo fuera por no depender del sostén de sus brazos.

Quisiera dejar que las ansias me consuman
para que me impulsen a alcanzarla 
y así poder regresarle un pedazo del cielo que me ha dado.

Me limito a inmiscuirme 
llevándole al oído estas ráfagas de viento perfumadas con miel.
Pretenciosa, quisiera correr
cambiar este paraíso por el de sus labios pastel.

Pero ya no le importan mis palabras
y no tiene porque escucharlas
Al fin, conmigo ya no hay miedos, sólo el viento
y sé que así también puedo vivir.


La brevedad lo consume todo una vez más, me ahoga
y me llena de escenas fragmentadas que escaparon, como yo por la mañana.
...Sólo me queda seguir caminando contra corriente,
escapar de su mirada de aurora.